Los radicales libres son moléculas o átomos que contienen uno o más electrones no apareados en su capa externa, lo que los hace altamente reactivos y propensos a participar en reacciones químicas. Estos electrones no apareados pueden donar o aceptar electrones, lo que les confiere una gran capacidad de reacción. La formación de radicales libres es parte de los procesos metabólicos normales del cuerpo y puede ocurrir en diversas situaciones, como durante la respiración celular, la respuesta inmunológica y la exposición a factores ambientales como la radiación ultravioleta y la contaminación.

Cuando la producción de radicales libres supera la capacidad del organismo para neutralizarlos, puede ocurrir estrés oxidativo, un estado en el que las células y las moléculas biológicas se ven comprometidas. Esto puede conducir a diversos efectos perjudiciales en el cuerpo y pueden modificar las proteínas, alterando su estructura y función, lo que puede afectar la función celular y contribuir a enfermedades degenerativas.

Los radicales libres pueden causar daño a las células y a las moléculas biológicas de varias maneras:

– Daño a las Membranas Celulares: Los radicales libres pueden atacar los lípidos en las membranas celulares, provocando la peroxidación lipídica y la pérdida de la integridad de la membrana.

– Daño al ADN: Pueden interactuar con el ADN, causando daños en las bases nitrogenadas y rompiendo las cadenas de ADN, lo que puede contribuir a mutaciones y a la aparición de cáncer.

– Daño a las Proteínas: Los radicales libres pueden modificar las proteínas, alterando su estructura y función. Esto puede afectar la función celular y contribuir a enfermedades degenerativas.

– Inactivación de Antioxidantes: Los radicales libres pueden inactivar a los antioxidantes, que son moléculas que normalmente ayudan a neutralizar los radicales libres. Esto crea un ciclo perjudicial en el que los radicales libres pueden dañar más moléculas.

Los antioxidantes, como las enzimas y las moléculas antioxidantes, ayudan a neutralizar los radicales libres y mantener el equilibrio redox en el cuerpo. Sin embargo, en condiciones de estrés oxidativo o en situaciones en las que la producción de radicales libres es elevada, este equilibrio puede romperse, contribuyendo a diversas enfermedades y al proceso de envejecimiento.

Por lo tanto, es importante mantener un estilo de vida saludable y una dieta rica en antioxidantes para minimizar los efectos dañinos de los radicales libres y promover la salud y el bienestar a largo plazo.